La escalada deportiva nació a principios de los años ochenta con una filosofía muy clara: intentar alcanzar un nivel superior de dificultad sobre la roca, a base de reducir los peligros que de una forma natural, la escalada comporta. Pero este control del riesgo nunca es total. La escalada deportiva tiene un cierto nivel de peligro. Con este articulo pretendemos, por una parte, concienciar al colectivo de escaladores de esta realidad y por otra, conocer la tipología de peligros que comporta este tipo de escalada y como los podemos tratar de prevenir y evitarlos.
UN POCO DE FILOSOFIA…
La escalada deportiva, largamente desarrollada los últimos años, nació a principios de los años ochenta con una filosofía muy clara: intentar alcanzar un nivel superior de dificultad sobre la roca, a base de reducir los peligros que de una forma natural, la escalada comporta. De esta manera, el escalador es liberado en buena parte de la carga emocional que suponen los peligros de la escalada, olvida sus temores y puede concentrarse en el rendimiento físico, acercándose a su máximo y disfrutando de esta nueva experiencia, muy distinta en su planteo a la de la escalada tradicional.
Pero este control del riesgo nunca es total. La escalada deportiva tiene un cierto nivel de peligro, superior por ejemplo al de la escalada de bloque, pero inferior al que hay en la escalada tradicional de pared, y no digamos en alpinismo. En escalada deportiva hay, efectivamente muchas situaciones peligrosas, algunas de les cuales acaban desgraciadamente en accidentes. Éstos a menudo son de poca importancia, pero a veces son graves o incluso mortales. Con este articulo pretendemos por una parte, concienciar al colectivo de escaladores de esta realidad y por otra, conocer la tipología de peligros que comporta este tipo de escalada y como los podemos tratar de prevenir y evitar. También hablaremos del material de escalada y sus connotaciones a nivel de seguridad.
EL MATERIAL
Para cualquiera de los elementos del material, deberíamos exigir que tengan la homologación CE o UIAA, y por tanto etiquetados como tales.
Una inspección visual se impone una vez hecha cualquier compra de material, para detectar posibles-aunque poco probables-defectos de fabricación. Con el tiempo tendremos que vigilar el envejecimiento, teniendo en cuenta las indicaciones de caducidad, siempre relativas, que proponen los fabricantes.
-El CASCO
Es quizás la pieza más crucial en cuanto a la seguridad, y su uso responde únicamente a nuestra protección. Nos protege de la caída de piedras y de posibles impactos en la cabeza durante una caída. En cuanto los peligros objetivos se hacen más grandes su uso podríamos considerarlo más necesario. En escalada deportiva relativamente poca gente lo usa hoy en día, aunque su uso va en aumento. Está claro que es un buen hábito llevarlo, tanto el escalador, como las personas que puedan estar a pie de vía. El casco es fundamental que nos venga muy cómodo y ajustado: esto hará que nos dé menos pereza llevarlo.
Bàsicamente hay dos tipos:
Los de polietileno expandido son ligeros y muy seguros, deformándose en caso de impacto y absorbiendo así la energía de éste. Personalmente los prefiero, y en alguna ocasión me han salvado de un fuerte golpe en la cabeza, funcionando perfectamente.
Los de policarbonato, formados por una única corteza dura de este material, son robustos y económicos pero pesan más y no absorben tan bien la energía de un impacto.
Foto 1. Antes y después de un impacto...¡¡mejor llevarlo puesto!!
-LA CUERDA
Es el elemento básico de la cadena de seguridad. En escalada deportiva utilizamos cuerdas dinámicas simples, fabricadas en poliamida. Están compuestas por un alma de hilos trenzados, con función resistente, y una funda exterior que la protege. Son cuerdas marcadas con un 1 en las etiquetas de los extremos. Su diámetro es variable desde 9 a 11 mm según el fabricante y el modelo. De cara a la seguridad, un diámetro menor no significa una cuerda menos segura, a condición de utilizar un aparato de freno automático adecuado. Por el contrario, normalmente un diámetro menor conlleva una elasticidad mayor de la cuerda, lo que favorece la seguridad. Las cuerdas más finas, son sin embargo menos durables.
La fuerza de choque de una cuerda es el parámetro que nos da una idea más fiel de su elasticidad. Las cuerdas con una fuerza de choque más baja se comportan más elásticamente, y por tanto ofrecen caídas más suaves. Desde el punto de vista de la seguridad deberíamos preferir cuerdas con valores bajos. Las mejores cuerdas simples del mercado en este sentido arrojan valores alrededor de 7,5kn de fuerza de choque máxima para el ensayo normalizado.
La longitud de las cuerdas dinámicas simples que podemos encontrar en el mercado varía entre 50 y 80 m. Considerando que uno de los accidentes más frecuentes es que salga la cuerda del aparato durante el descuelgue cuando agotamos su longitud, deberíamos preferir comprar longitudes mayores, 70m se ha vuelto un estándar imprescindible para escalar en muchas zonas.
El marcaje de la mitad en una cuerda es una estrategia simple y muy efectiva de seguridad que incomprensiblemente algunos fabricantes todavía no incorporan. Esta marca oscura nos da una idea inmediata de si tenemos suficiente cuerda para descolgar el compañero al suelo. Con el tiempo se borra pero la podemos rehacer con un rotulador específico.
Una cuerda nueva es agradable y elástica, pero corre como un demonio por cualquier aparato asegurador. Si utilizamos una cuerda nueva hay pues que estar especialmente atento.
La vida de una cuerda es algo muy relativo. La intensidad de uso dictará sin ninguna duda su deterioro y por tanto el momento de retirarla. Esto se hace patente en el aspecto de la funda, que con la abrasión toma progresivamente un aspecto más y más deshilachado, engordando aparentemente su diámetro. A unos tres metros de los extremos esto es mucho más acusado, debido a que es la típica zona castigada por las caídas. Cuando presenta un deterioro evidente en esta zona, podemos cortarla y seguir escalando. Es otra razón para comprar cuerdas de 70 o 80 m. Siempre que detectemos una flor o deterioro en cualquier punto de la cuerda, en el que asome el alma blanca, deberíamos desechar la cuerda o cortarla en ese punto.
Los agentes ácidos corrosivos pueden deteriorar la cuerda seriamente, debemos evitar pues tener contacto con ellos. En el año 2006 hubo un accidente misterioso, por fortuna sin lesiones graves, en un rocódromo interior de Sacramento, California. La cuerda, tras una caída del escalador con un factor realmente bajo y en una situación absolutamente normal, se rompió. Tras analizar la situación con detalle, descartando la ruptura por medios mecánicos, un análisis de las fibras de la zona rota de la cuerda reveló que había estado en contacto con ácido sulfúrico. No se llegó a averiguar, sin embargo, de qué manera se produjo esta contaminación.
-El ARNÉS
El arnés es el elemento que conecta la cuerda con nuestro cuerpo, repartiendo la energía en caso de caída. En la elección del arnés deberíamos primar la comodidad, y el buen ajuste al cuerpo. De cara a la seguridad es importante elegir la talla adecuada, y que en ningún caso nos venga sobrante. Todos los arneses homologados son igualmente seguros desde el punto de vista de la resistencia.
La manera de cerrar el arnés sí marca diferencias: los arneses con cierre de hebilla clásico necesitan la correcta atención de hacerlo bien al cerrarlo. Los arneses con cierre de hebilla doble automática sólo necesitan que los ajustemos. Otra cosa menos que podemos hacer mal.
El anillo ventral es quizás el punto más crítico del arnés, puesto que se hace trabajar muchísimo, y su fallo implicaría un accidente grave con seguridad. Algunas marcas incorporan el anillo ventral doble o especialmente reforzado, y en colores vivos, para evitar confusiones.
El envejecimiento del arnés se produce sobre todo en el punto por donde la cuerda pasa por las perneras y en el anillo ventral, por tanto son puntos que deberíamos revisar periódicamente. Es tristemente famoso el accidente mortal que sufrió el escalador americano Todd Skinner, cuando se le rompió el anillo ventral simplemente al colgarse para hacer un rapel. El arnés que llevaba estaba muy envejecido.
Es el elemento básico de la cadena de seguridad. En escalada deportiva utilizamos cuerdas dinámicas simples, fabricadas en poliamida. Están compuestas por un alma de hilos trenzados, con función resistente, y una funda exterior que la protege. Son cuerdas marcadas con un 1 en las etiquetas de los extremos. Su diámetro es variable desde 9 a 11 mm según el fabricante y el modelo. De cara a la seguridad, un diámetro menor no significa una cuerda menos segura, a condición de utilizar un aparato de freno automático adecuado. Por el contrario, normalmente un diámetro menor conlleva una elasticidad mayor de la cuerda, lo que favorece la seguridad. Las cuerdas más finas, son sin embargo menos durables.
La fuerza de choque de una cuerda es el parámetro que nos da una idea más fiel de su elasticidad. Las cuerdas con una fuerza de choque más baja se comportan más elásticamente, y por tanto ofrecen caídas más suaves. Desde el punto de vista de la seguridad deberíamos preferir cuerdas con valores bajos. Las mejores cuerdas simples del mercado en este sentido arrojan valores alrededor de 7,5kn de fuerza de choque máxima para el ensayo normalizado.
La longitud de las cuerdas dinámicas simples que podemos encontrar en el mercado varía entre 50 y 80 m. Considerando que uno de los accidentes más frecuentes es que salga la cuerda del aparato durante el descuelgue cuando agotamos su longitud, deberíamos preferir comprar longitudes mayores, 70m se ha vuelto un estándar imprescindible para escalar en muchas zonas.
El marcaje de la mitad en una cuerda es una estrategia simple y muy efectiva de seguridad que incomprensiblemente algunos fabricantes todavía no incorporan. Esta marca oscura nos da una idea inmediata de si tenemos suficiente cuerda para descolgar el compañero al suelo. Con el tiempo se borra pero la podemos rehacer con un rotulador específico.
Una cuerda nueva es agradable y elástica, pero corre como un demonio por cualquier aparato asegurador. Si utilizamos una cuerda nueva hay pues que estar especialmente atento.
La vida de una cuerda es algo muy relativo. La intensidad de uso dictará sin ninguna duda su deterioro y por tanto el momento de retirarla. Esto se hace patente en el aspecto de la funda, que con la abrasión toma progresivamente un aspecto más y más deshilachado, engordando aparentemente su diámetro. A unos tres metros de los extremos esto es mucho más acusado, debido a que es la típica zona castigada por las caídas. Cuando presenta un deterioro evidente en esta zona, podemos cortarla y seguir escalando. Es otra razón para comprar cuerdas de 70 o 80 m. Siempre que detectemos una flor o deterioro en cualquier punto de la cuerda, en el que asome el alma blanca, deberíamos desechar la cuerda o cortarla en ese punto.
Los agentes ácidos corrosivos pueden deteriorar la cuerda seriamente, debemos evitar pues tener contacto con ellos. En el año 2006 hubo un accidente misterioso, por fortuna sin lesiones graves, en un rocódromo interior de Sacramento, California. La cuerda, tras una caída del escalador con un factor realmente bajo y en una situación absolutamente normal, se rompió. Tras analizar la situación con detalle, descartando la ruptura por medios mecánicos, un análisis de las fibras de la zona rota de la cuerda reveló que había estado en contacto con ácido sulfúrico. No se llegó a averiguar, sin embargo, de qué manera se produjo esta contaminación.
-El ARNÉS
El arnés es el elemento que conecta la cuerda con nuestro cuerpo, repartiendo la energía en caso de caída. En la elección del arnés deberíamos primar la comodidad, y el buen ajuste al cuerpo. De cara a la seguridad es importante elegir la talla adecuada, y que en ningún caso nos venga sobrante. Todos los arneses homologados son igualmente seguros desde el punto de vista de la resistencia.
La manera de cerrar el arnés sí marca diferencias: los arneses con cierre de hebilla clásico necesitan la correcta atención de hacerlo bien al cerrarlo. Los arneses con cierre de hebilla doble automática sólo necesitan que los ajustemos. Otra cosa menos que podemos hacer mal.
El anillo ventral es quizás el punto más crítico del arnés, puesto que se hace trabajar muchísimo, y su fallo implicaría un accidente grave con seguridad. Algunas marcas incorporan el anillo ventral doble o especialmente reforzado, y en colores vivos, para evitar confusiones.
El envejecimiento del arnés se produce sobre todo en el punto por donde la cuerda pasa por las perneras y en el anillo ventral, por tanto son puntos que deberíamos revisar periódicamente. Es tristemente famoso el accidente mortal que sufrió el escalador americano Todd Skinner, cuando se le rompió el anillo ventral simplemente al colgarse para hacer un rapel. El arnés que llevaba estaba muy envejecido.
Un buen arnés desde el punto de vista de la seguridad: Cierre automático, anillo ventral en
El portamaterial no es propiamente una parte resistente, pero se han producido accidentes por confiar en él como si lo fuera. Algunas marcas como Metolius, fabrican arneses donde es posible colgarse de cualquier punto, lo que puede significar la vida en caso de despiste.
-CINTAS EXPRESS
Las cintas express forman parte también de la cadena de seguridad, pues tienen la misión de conectar la cuerda a los anclajes de la pared. En las cintas express diferenciamos claramente dos partes, la cinta en sí y los mosquetones. En cuanto a la cinta, deberíamos utilizar siempre cintas cosidas.
La longitud de las cintas debería ser media o larga. La razón para utilizar estas longitudes es que conseguiremos así un rozamiento menor de la cuerda, y esto favorecerá que trabaje en toda su longitud, disminuyendo así la fuerza de choque, y aumentando la dinamicidad de la caída. Las cintas express cortas, que muchas marcas comercializan, pueden ser adecuadas puntualmente para pasajes difíciles en el primer o segundo anclajes de vía, donde en algún caso podríamos llegar a tocar suelo en caso de caída.
-CINTAS EXPRESS
Las cintas express forman parte también de la cadena de seguridad, pues tienen la misión de conectar la cuerda a los anclajes de la pared. En las cintas express diferenciamos claramente dos partes, la cinta en sí y los mosquetones. En cuanto a la cinta, deberíamos utilizar siempre cintas cosidas.
La longitud de las cintas debería ser media o larga. La razón para utilizar estas longitudes es que conseguiremos así un rozamiento menor de la cuerda, y esto favorecerá que trabaje en toda su longitud, disminuyendo así la fuerza de choque, y aumentando la dinamicidad de la caída. Las cintas express cortas, que muchas marcas comercializan, pueden ser adecuadas puntualmente para pasajes difíciles en el primer o segundo anclajes de vía, donde en algún caso podríamos llegar a tocar suelo en caso de caída.
Usaremos cintas medianas y largas, siempre con algún sistema antigiro en el mosquetón inferi
La resistencia con el gatillo abierto, en los mosquetones, es quizás el parámetro más crítico desde el punto de vista de la seguridad, pues con el gatillo cerrado y trabajando correctamente, será casi imposible que un mosquetón falle bajo carga. Deberíamos pues preferir modelos más robustos, con una resistencia con el gatillo abierto relativamente alta, alrededor de 9kn o más. Las vibraciones que se transmiten por la cuerda durante una caída pueden ocasionar la apertura accidental del gatillo, que provoca una bajada drástica de la resistencia del mosquetón. Los mosquetones con cierre de alambre tienden a abrirse menos con las vibraciones, pero pueden hacerlo igualmente.
Son más seguros los mosquetones robustos, que aguantan 9 kn o más en abierto
La lubricación del cierre es algo que deberíamos repasar periódicamente. Al menos una vez al año, desmonta las cintas express, coloca los mosquetones sueltos en hilera y aliña los cierres con aceite. Luego seca bien el sobrante y comprueba individualmente los cierres. Después de eso deberían ir muy finos una buena temporada.
En el año 2002, Goran Kroop, escalador sueco que se hizo famoso por haber escalado el Everest tras viajar desde Suecia en bicicleta, y volver a casa de la misma manera, murió a resultas de una caída escalando en la zona de Vantage, Washington. Aunque se trataba de una vía tradicional, la causa del accidente fue la rotura de un mosquetón. Una investigación posterior determinó que el mosquetón, con cierre de alambre, se habría abierto durante la caída.
El desgaste del borde de los mosquetones es algo a vigilar, como también veremos en el caso de las cintas permanentes, y rechazarlos cuando presenten bordes afilados debido al desgaste en la zona donde se apoya la cuerda. Un mosquetón excesivamente desgastado puede cortar la cuerda en caso de caída ya que los bordes actúan de cuchillo. En la torre de pruebas de Black Diamond hicieron hace poco una prueba que pone los pelos de punta: tomaron un mosquetón muy desgastado, y una cuerda simple nueva. Provocaron una caída con una masa de 80 kg, y un aseguramiento estático, pero limitando bastante la fuerza de choque. La cuerda, de 10,2 mm, resultó cortada limpiamente al primer ensayo!
En el año 2002, Goran Kroop, escalador sueco que se hizo famoso por haber escalado el Everest tras viajar desde Suecia en bicicleta, y volver a casa de la misma manera, murió a resultas de una caída escalando en la zona de Vantage, Washington. Aunque se trataba de una vía tradicional, la causa del accidente fue la rotura de un mosquetón. Una investigación posterior determinó que el mosquetón, con cierre de alambre, se habría abierto durante la caída.
El desgaste del borde de los mosquetones es algo a vigilar, como también veremos en el caso de las cintas permanentes, y rechazarlos cuando presenten bordes afilados debido al desgaste en la zona donde se apoya la cuerda. Un mosquetón excesivamente desgastado puede cortar la cuerda en caso de caída ya que los bordes actúan de cuchillo. En la torre de pruebas de Black Diamond hicieron hace poco una prueba que pone los pelos de punta: tomaron un mosquetón muy desgastado, y una cuerda simple nueva. Provocaron una caída con una masa de 80 kg, y un aseguramiento estático, pero limitando bastante la fuerza de choque. La cuerda, de 10,2 mm, resultó cortada limpiamente al primer ensayo!
Un mosquetón muy desgastado por el uso. Se observan los cantos afilados en la zona de roce,
La goma o sistema antivuelco colocada en los mosquetones inferiores de las cintas express es muy importante des del punto de vista de la seguridad. Sin este elemento el mosquetón puede rotar fácilmente, colocándose atravesado en la cinta, lo que igualmente disminuye mucho su capacidad mecánica en caso de solicitación. Estos elementos se fabrican normalmente en goma, y son especialmente interesantes los que se colocan por fuera de la cinta abrazando su extremo, por que de paso la protegen en este punto, especialmente propenso al desgaste por abrasión. No coloquéis estos elementos en el extremo superior de la cinta. Una cinta equipada así se comporta con excesiva rigidez, lo que puede provocar que el mosquetón salga de la chapa con ayuda del movimiento de la cuerda.
-EL APARATO ASEGURADOR
Forma igualmente parte de la cadena, pues conecta la cuerda con el arnés del asegurador. Su función es detener la caída, y además controlar el paso de la cuerda a voluntad del asegurador. Básicamente hay dos tipos de aparatos, los llamados manuales y automáticos.
Los aparatos manuales son mucho más ligeros y polivalentes, ya que podemos también asegurar con bloqueo al segundo de cuerda o rapelar con ellos, y son aparatos muy indicados para escalar en pared. Este tipo de aparatos no obstante, no bloquean automáticamente, sino que sólo la intervención directa del asegurador garantiza el bloqueo en caso de caída. A menudo se publicitan como frenos dinámicos, lo que suena genial, pero con lo que no estoy nada de acuerdo. La dinamicidad, en caso de caída, la da exclusivamente al asegurador, y si es verdad que estos aparatos pueden comportarse dinámicamente, no lo es menos que la actitud y el instinto frente a una caída nos hará bloquearlo de una manera estática. Por lo tanto, si finalmente el aparato debe funcionar estáticamente, en escalada deportiva yo prefiero, de largo, asegurar y que me aseguren con un aparato automático.
Los aparatos automáticos bloquean rápidamente la cuerda en caso de caída, independientemente de que el asegurador esté despistado o no en ese momento, lo cual nos da un plus de seguridad indiscutible. Además, son aparatos ideales para asegurar en top rope y para descolgar al compañero, gracias precisamente a su capacidad automática de bloqueo bajo tensión. Deben usarse con los diámetros de cuerda que el fabricante indica, y prestar especialmente atención cuando la cuerda es nueva, pues ésta tiende a correr por el aparato mucho más rápido. Es cierto que ha habido muchos accidentes por caídas no detenidas con este tipo de aparatos, pero que yo sepa, siempre ha habido un mal uso de los mismos, es decir el asegurador ha mantenido la mano apretada en la leva, o bien se estaba usando una cuerda de diámetro inferior al que el aparato podía retener. Para evitar este accidente típico, es fácil tomar el buen hábito de mantener siempre la mano inferior en la cuerda y fuera del aparato. Cabe resaltar sin embargo que existe en el mercado un aparato automático de Edelrid, que está estudiado para minimizar este riesgo, ya que la leva se sitúa constantemente dentro de una caja rígida, impidiendo que la presionemos por error, cuando no toca.
-EL APARATO ASEGURADOR
Forma igualmente parte de la cadena, pues conecta la cuerda con el arnés del asegurador. Su función es detener la caída, y además controlar el paso de la cuerda a voluntad del asegurador. Básicamente hay dos tipos de aparatos, los llamados manuales y automáticos.
Los aparatos manuales son mucho más ligeros y polivalentes, ya que podemos también asegurar con bloqueo al segundo de cuerda o rapelar con ellos, y son aparatos muy indicados para escalar en pared. Este tipo de aparatos no obstante, no bloquean automáticamente, sino que sólo la intervención directa del asegurador garantiza el bloqueo en caso de caída. A menudo se publicitan como frenos dinámicos, lo que suena genial, pero con lo que no estoy nada de acuerdo. La dinamicidad, en caso de caída, la da exclusivamente al asegurador, y si es verdad que estos aparatos pueden comportarse dinámicamente, no lo es menos que la actitud y el instinto frente a una caída nos hará bloquearlo de una manera estática. Por lo tanto, si finalmente el aparato debe funcionar estáticamente, en escalada deportiva yo prefiero, de largo, asegurar y que me aseguren con un aparato automático.
Los aparatos automáticos bloquean rápidamente la cuerda en caso de caída, independientemente de que el asegurador esté despistado o no en ese momento, lo cual nos da un plus de seguridad indiscutible. Además, son aparatos ideales para asegurar en top rope y para descolgar al compañero, gracias precisamente a su capacidad automática de bloqueo bajo tensión. Deben usarse con los diámetros de cuerda que el fabricante indica, y prestar especialmente atención cuando la cuerda es nueva, pues ésta tiende a correr por el aparato mucho más rápido. Es cierto que ha habido muchos accidentes por caídas no detenidas con este tipo de aparatos, pero que yo sepa, siempre ha habido un mal uso de los mismos, es decir el asegurador ha mantenido la mano apretada en la leva, o bien se estaba usando una cuerda de diámetro inferior al que el aparato podía retener. Para evitar este accidente típico, es fácil tomar el buen hábito de mantener siempre la mano inferior en la cuerda y fuera del aparato. Cabe resaltar sin embargo que existe en el mercado un aparato automático de Edelrid, que está estudiado para minimizar este riesgo, ya que la leva se sitúa constantemente dentro de una caja rígida, impidiendo que la presionemos por error, cuando no toca.
De izquierda a derecha: aparato asegurador manual sobre mosquetón de rosca normal; y dos aparatos de
-EL MOSQUETÓN DE CONEXIÓN
El mosquetón que utilicemos para conectar el aparato al arnés debe disponer de cierre de seguridad, preferiblemente automático. El automatismo de la rosca le hará cerrar siempre correctamente, liberándonos de otra cosa en la que no podremos fallar. Esta conexión debe hacerse siempre en el anillo ventral, y no atrapando los bucles de las perneras y la cintura del arnés con el mosquetón. Esta manera errónea de colocarlo, tiende a hacer trabajar el mosquetón triaxialmente bajo carga, con lo cual baja mucho su resistencia. Durante la escalada, el mosquetón puede girarse y quedar atravesado, en posición horizontal sobre el anillo ventral. Esta posición es peligrosa ya que baja mucho la resistencia del mosquetón. Deberíamos estar atentos a corregir esta situación, mirando regularmente el aparato. Hay mosquetones que han sido específicamente diseñados para asegurar e incorporan sistemas muy efectivos para evitar este problema.
-EL CALZADO
A no ser que estés asegurando a la idílica playa de Tonsai, en Tailandia, olvídate de llevar chanclas abiertas. Lleva calzado mínimamente cerrado siempre, para asegurar. Las sandalias totalmente abiertas son cómodas y frescas en verano, pero es preferible llevar los pies bien protegidos cuando el compañero nos desequilibra y arrastra tras una caída importante.
El mosquetón que utilicemos para conectar el aparato al arnés debe disponer de cierre de seguridad, preferiblemente automático. El automatismo de la rosca le hará cerrar siempre correctamente, liberándonos de otra cosa en la que no podremos fallar. Esta conexión debe hacerse siempre en el anillo ventral, y no atrapando los bucles de las perneras y la cintura del arnés con el mosquetón. Esta manera errónea de colocarlo, tiende a hacer trabajar el mosquetón triaxialmente bajo carga, con lo cual baja mucho su resistencia. Durante la escalada, el mosquetón puede girarse y quedar atravesado, en posición horizontal sobre el anillo ventral. Esta posición es peligrosa ya que baja mucho la resistencia del mosquetón. Deberíamos estar atentos a corregir esta situación, mirando regularmente el aparato. Hay mosquetones que han sido específicamente diseñados para asegurar e incorporan sistemas muy efectivos para evitar este problema.
-EL CALZADO
A no ser que estés asegurando a la idílica playa de Tonsai, en Tailandia, olvídate de llevar chanclas abiertas. Lleva calzado mínimamente cerrado siempre, para asegurar. Las sandalias totalmente abiertas son cómodas y frescas en verano, pero es preferible llevar los pies bien protegidos cuando el compañero nos desequilibra y arrastra tras una caída importante.
Asegurar con chanclas, una mala idea
-GUANTES
Es una buena idea llevarlos. Unos guantes viejos con los dedos recortados, o unos guantes baratos con la palma de goma, que podemos encontrar en cualquier ferretería, nos darán una presa y control muy superior sobre la cuerda que con las manos desnudas. Con los guantes, las maniobras de detener la caída, descolgar el compañero desde la reunión al suelo o recuperar el top-rope son mucho más agradables y algo más seguras, sobre todo con cuerdas de poco diámetro. Si aseguramos con un freno manual el uso de los guantes nos dará un plus de seguridad indiscutible.
Los anclajes de vía y de reunión: hablamos de ellos en el apartado del mismo nombre, dentro de "peligros objetivos"
TIPOLOGIA DEL PELIGRO: PELIGROS OBJETIVOS VERSUS PELIGROS SUBJETIVOS
Podemos establecer dos grandes familias de peligros en escalada: peligros objetivos y peligros subjetivos. Todos los peligros pertenecen a alguno de estos dos grupos, aunque cabe decir que el límite entre los dos no siempre es preciso, tal y como veremos en algunos ejemplos.
Peligros objetivos son aquellos que no dependen directamente del escalador, por tanto no podemos estar seguros de evitar, pero sí hemos de intentar prevenir.
Peligros subjetivos son aquellos que dependen directamente del escalador, por tanto podemos estar seguros de controlarlos con nuestra actitud, si hacemos las cosas correctamente.
PELIGROS OBJETIVOS
Las situaciones peligrosas que no dependen directamente del escalador son quizás las menos frecuentes, me atrevería a decir que en el caso de la escalada deportiva corresponden entre un 10 % y un 20% del total de ellas. En general, este tipo de situaciones son más frecuentes en la escalada tradicional y todavía más en alpinismo, pero de ninguna manera se reducen a cero en escalada deportiva. Recordemos que la política que hemos de seguir para el control de estos peligros es la prevención. Pero hemos de ser conscientes de que esta prevención, por bien hecha que esté, nunca conseguirá la seguridad total.
A continuación pasamos a detallar cuales son estas situaciones, sus posibles consecuencias, y cual seria su prevención correspondiente.
-LA CAIDA DE PIEDRAS Y ROTURA DE PRESAS
Esta situación puede ser causada por meteoros, por animales o por personas. En el caso de las personas podríamos considerarlo como un peligro subjetivo, dependiendo de la situación. El vientopuede desencadenar pequeñas caídas de piedras, que si ocurren en una pendiente dominando la pared, pueden arrastrar piedras de mayor tamaño que golpean con fuerza el pie de vía. Un día ventoso después de días de lluvia puede ser especialmente problemático.
La morfología del terreno que domina la pared, puede propiciar sin duda la caída de piedras. Los sectores deportivos que tienen canales o tarteras por encima son más problemáticos. Hace unos años, estando una tarde de otoño, bastante ventosa, escalando en familia en la escuela deportiva de Sinsat, en los Pirineos franceses, por dos veces cayeron piedras del tamaño de una manzana a pie de vía. No esperamos a que cayese la tercera.
El paso de animales puede ser también desencadenante de una caída de piedras. Es tristemente conocida la noticia de la muerte de una chica, en el año 2007, en el sector deportivo de la Cova de l’Arcada, en Montserrat sur. Estando a pie de vía le cayó una piedra, con toda seguridad desequilibrada por el paso de cabras salvajes en la pendiente que domina la pared.
Los propios compañeros de cuerda o otros escaladores nos pueden tirar piedras mientras estamos a pie de vía, sin querer y incluso sin darse cuenta. Esta situación se produce muy a menudo, sea por rotura de presas que no aguantan la presión del escalador, sea por la propia cuerda que desequilibra piedras inestables al tirar de ellas en dirección desfavorable.
Esto es especialmente habitual en vías recién abiertas, pero también puede pasar en vías trazadas sobre un terreno demasiado inestable, que no se terminan de limpiar nunca con el paso de escaladores. A finales del año 2011, un escalador murió en la zona deportiva de Fatanga, en Gran Canaria, a resultas de un desprendimiento de bloques situados en la propia vía que estaba escalando. Los bloques cortaron la cuerda y precipitaron el escalador al vacío.
Nosotros mismos, escalando, podemos arrancar presas inestables, con la consiguiente caída inesperada. A veces éstas son claramente sospechosas, pero a veces no es así. Mas de una vez he volado descontroladamente cuando se me ha roto una presa completamente magnesiada y sólida en apariencia.
Las acciones preventivas que podremos tomar son:
-Llevar casco, tanto escalando como a pie de vía. A pesar de esta prevención, no tendremos nunca la seguridad total, pero si la favoreceremos muchísimo. Apartarnos siempre, cuando aseguremos, de la vertical del escalador, ya que ésta es la trayectoria natural de piedras que pueden caer.
-Estar atentos para percibir este peligro en un momento y un lugar determinado: observar la calidad de la roca, cargar las presas con prudencia si pensamos que son sospechosas, observar la morfología del terreno que domina el sector y evitar pies de vía bajo canales o pequeñas tarteras, no subestimar la fuerza del viento y considerar el paso de animales salvajes. También hemos de estar atentos al las cordadas vecinas. Es necesario pues, ser críticos con todos estos factores y reaccionar en consecuencia a los primeros síntomas de que hay una situación propicia a la caída de piedras.
-La comunicación con el compañero puede ser fundamental como acción preventiva, cuando sospechemos que pueden desprenderse piedras.
-La parada o técnica de boulder que consiste en cubrir la espalda al compañero durante los primeros movimientos de la vía, antes de alcanzar el primer seguro, se impone como actitud preventiva ante la posible rotura de una presa.
Es una buena idea llevarlos. Unos guantes viejos con los dedos recortados, o unos guantes baratos con la palma de goma, que podemos encontrar en cualquier ferretería, nos darán una presa y control muy superior sobre la cuerda que con las manos desnudas. Con los guantes, las maniobras de detener la caída, descolgar el compañero desde la reunión al suelo o recuperar el top-rope son mucho más agradables y algo más seguras, sobre todo con cuerdas de poco diámetro. Si aseguramos con un freno manual el uso de los guantes nos dará un plus de seguridad indiscutible.
Los anclajes de vía y de reunión: hablamos de ellos en el apartado del mismo nombre, dentro de "peligros objetivos"
TIPOLOGIA DEL PELIGRO: PELIGROS OBJETIVOS VERSUS PELIGROS SUBJETIVOS
Podemos establecer dos grandes familias de peligros en escalada: peligros objetivos y peligros subjetivos. Todos los peligros pertenecen a alguno de estos dos grupos, aunque cabe decir que el límite entre los dos no siempre es preciso, tal y como veremos en algunos ejemplos.
Peligros objetivos son aquellos que no dependen directamente del escalador, por tanto no podemos estar seguros de evitar, pero sí hemos de intentar prevenir.
Peligros subjetivos son aquellos que dependen directamente del escalador, por tanto podemos estar seguros de controlarlos con nuestra actitud, si hacemos las cosas correctamente.
PELIGROS OBJETIVOS
Las situaciones peligrosas que no dependen directamente del escalador son quizás las menos frecuentes, me atrevería a decir que en el caso de la escalada deportiva corresponden entre un 10 % y un 20% del total de ellas. En general, este tipo de situaciones son más frecuentes en la escalada tradicional y todavía más en alpinismo, pero de ninguna manera se reducen a cero en escalada deportiva. Recordemos que la política que hemos de seguir para el control de estos peligros es la prevención. Pero hemos de ser conscientes de que esta prevención, por bien hecha que esté, nunca conseguirá la seguridad total.
A continuación pasamos a detallar cuales son estas situaciones, sus posibles consecuencias, y cual seria su prevención correspondiente.
-LA CAIDA DE PIEDRAS Y ROTURA DE PRESAS
Esta situación puede ser causada por meteoros, por animales o por personas. En el caso de las personas podríamos considerarlo como un peligro subjetivo, dependiendo de la situación. El vientopuede desencadenar pequeñas caídas de piedras, que si ocurren en una pendiente dominando la pared, pueden arrastrar piedras de mayor tamaño que golpean con fuerza el pie de vía. Un día ventoso después de días de lluvia puede ser especialmente problemático.
La morfología del terreno que domina la pared, puede propiciar sin duda la caída de piedras. Los sectores deportivos que tienen canales o tarteras por encima son más problemáticos. Hace unos años, estando una tarde de otoño, bastante ventosa, escalando en familia en la escuela deportiva de Sinsat, en los Pirineos franceses, por dos veces cayeron piedras del tamaño de una manzana a pie de vía. No esperamos a que cayese la tercera.
El paso de animales puede ser también desencadenante de una caída de piedras. Es tristemente conocida la noticia de la muerte de una chica, en el año 2007, en el sector deportivo de la Cova de l’Arcada, en Montserrat sur. Estando a pie de vía le cayó una piedra, con toda seguridad desequilibrada por el paso de cabras salvajes en la pendiente que domina la pared.
Los propios compañeros de cuerda o otros escaladores nos pueden tirar piedras mientras estamos a pie de vía, sin querer y incluso sin darse cuenta. Esta situación se produce muy a menudo, sea por rotura de presas que no aguantan la presión del escalador, sea por la propia cuerda que desequilibra piedras inestables al tirar de ellas en dirección desfavorable.
Esto es especialmente habitual en vías recién abiertas, pero también puede pasar en vías trazadas sobre un terreno demasiado inestable, que no se terminan de limpiar nunca con el paso de escaladores. A finales del año 2011, un escalador murió en la zona deportiva de Fatanga, en Gran Canaria, a resultas de un desprendimiento de bloques situados en la propia vía que estaba escalando. Los bloques cortaron la cuerda y precipitaron el escalador al vacío.
Nosotros mismos, escalando, podemos arrancar presas inestables, con la consiguiente caída inesperada. A veces éstas son claramente sospechosas, pero a veces no es así. Mas de una vez he volado descontroladamente cuando se me ha roto una presa completamente magnesiada y sólida en apariencia.
Las acciones preventivas que podremos tomar son:
-Llevar casco, tanto escalando como a pie de vía. A pesar de esta prevención, no tendremos nunca la seguridad total, pero si la favoreceremos muchísimo. Apartarnos siempre, cuando aseguremos, de la vertical del escalador, ya que ésta es la trayectoria natural de piedras que pueden caer.
-Estar atentos para percibir este peligro en un momento y un lugar determinado: observar la calidad de la roca, cargar las presas con prudencia si pensamos que son sospechosas, observar la morfología del terreno que domina el sector y evitar pies de vía bajo canales o pequeñas tarteras, no subestimar la fuerza del viento y considerar el paso de animales salvajes. También hemos de estar atentos al las cordadas vecinas. Es necesario pues, ser críticos con todos estos factores y reaccionar en consecuencia a los primeros síntomas de que hay una situación propicia a la caída de piedras.
-La comunicación con el compañero puede ser fundamental como acción preventiva, cuando sospechemos que pueden desprenderse piedras.
-La parada o técnica de boulder que consiste en cubrir la espalda al compañero durante los primeros movimientos de la vía, antes de alcanzar el primer seguro, se impone como actitud preventiva ante la posible rotura de una presa.
EL DISEÑO DE LA VIA
Éste es un factor que tampoco depende de nosotros, y que puede ser realmente peligroso.
La situación de los anclajes en algunas vías es claramente errónea, ya sea por distancias excesivas entre ellos, ya sea por la posición del anclaje respecto a las presas, que obliga a chaparlo precariamente. Los alejes excesivos son típicos de algunas zonas, donde los escaladores locales han gustado de desarrollar esta tradición fanfarrona.
El primer seguro exageradamente alto es una absurda tendencia que podemos encontrar en algunas escuelas, cuando en buena lógica tendría que ser todo lo contrario.
La posición del anclaje respecto a la roca, puede ser peligrosa si como a menudo ocurre, obliga al mosquetón a trabajar haciendo palanca con la roca o en posición desfavorable.
Los anclajes inadecuados que podemos encontrar en algunas vías, son también peligrosos. Podemos encontrarnos anclajes obsoletos, caseros, inadecuados para el tipo de roca, o con metales mezclados.
Los anclajes tipo spit fueron utilizados masivamente en los años ochenta, y todavía hay vías equipadas con ellos. A la larga son mucho menos de fiar que los anclajes modernos. Podemos reconocerlos porque no presentan una tuerca montada sobre un espárrago, sino una cabeza hexagonal plana.
Sobre rocas areniscas o calizas muy blandas, así como en todo tipo de rocas en ambientes marinos, el químico es el único seguro que podemos considerar fiable.
Éste es un factor que tampoco depende de nosotros, y que puede ser realmente peligroso.
La situación de los anclajes en algunas vías es claramente errónea, ya sea por distancias excesivas entre ellos, ya sea por la posición del anclaje respecto a las presas, que obliga a chaparlo precariamente. Los alejes excesivos son típicos de algunas zonas, donde los escaladores locales han gustado de desarrollar esta tradición fanfarrona.
El primer seguro exageradamente alto es una absurda tendencia que podemos encontrar en algunas escuelas, cuando en buena lógica tendría que ser todo lo contrario.
La posición del anclaje respecto a la roca, puede ser peligrosa si como a menudo ocurre, obliga al mosquetón a trabajar haciendo palanca con la roca o en posición desfavorable.
Los anclajes inadecuados que podemos encontrar en algunas vías, son también peligrosos. Podemos encontrarnos anclajes obsoletos, caseros, inadecuados para el tipo de roca, o con metales mezclados.
Los anclajes tipo spit fueron utilizados masivamente en los años ochenta, y todavía hay vías equipadas con ellos. A la larga son mucho menos de fiar que los anclajes modernos. Podemos reconocerlos porque no presentan una tuerca montada sobre un espárrago, sino una cabeza hexagonal plana.
Sobre rocas areniscas o calizas muy blandas, así como en todo tipo de rocas en ambientes marinos, el químico es el único seguro que podemos considerar fiable.
Un spit en roca blanda no es muy de fiar
Las acciones preventivas que podemos tomar son:
-Nuestra observación de cada situación concreta, y la actuación en consecuencia será de nuevo, fundamental.
-Renunciar a hacer una vía si juzgamos un peligro evidente en este sentido. Esto lo podemos hacer después de una inspección visual des del suelo, pero también lo podemos hacer si a media vía, la sensatez nos dice que las distancias entre seguros son excesivas, y valoramos la posibilidad de una caída larga en terreno con salientes o pequeñas repisas. En este caso, no deberíamos dudar de abandonar un mosquetón en el seguro correspondiente y bajarnos de la vía.
-Llevar una caña extensible y esparadrapo, o bien el correspondiente artilugio en la punta de la caña para fijar una cinta exprés, que comercializan algunas marcas. Con este sistema podemos chapar el siguiente parabolt des del parabolt anterior, progresando en top rope por pequeñas secciones. Algunos escaladores dicen que utilizar este sistema es una cobardía. Deja que digan lo que quieran, y decide tú por la salud de tus tobillos. Este sistema se puede fabricar también de una manera improvisada fácilmente, con una rama larga seca, esparadrapo y una cinta exprés.
-Nuestra observación de cada situación concreta, y la actuación en consecuencia será de nuevo, fundamental.
-Renunciar a hacer una vía si juzgamos un peligro evidente en este sentido. Esto lo podemos hacer después de una inspección visual des del suelo, pero también lo podemos hacer si a media vía, la sensatez nos dice que las distancias entre seguros son excesivas, y valoramos la posibilidad de una caída larga en terreno con salientes o pequeñas repisas. En este caso, no deberíamos dudar de abandonar un mosquetón en el seguro correspondiente y bajarnos de la vía.
-Llevar una caña extensible y esparadrapo, o bien el correspondiente artilugio en la punta de la caña para fijar una cinta exprés, que comercializan algunas marcas. Con este sistema podemos chapar el siguiente parabolt des del parabolt anterior, progresando en top rope por pequeñas secciones. Algunos escaladores dicen que utilizar este sistema es una cobardía. Deja que digan lo que quieran, y decide tú por la salud de tus tobillos. Este sistema se puede fabricar también de una manera improvisada fácilmente, con una rama larga seca, esparadrapo y una cinta exprés.
"Cazando" un parabolt alejado.
-Alargar las cintas exprés convenientemente, una vez montada la vía, si pensamos que algunos seguros están demasiado alejados entre sí o se chapan precariamente, y la queremos volver a intentar. Esto debe hacerse encadenando siempre cinta y mosquetón, y nunca mosquetón con mosquetón.
La manera correcta de alargar una cinta express
-Alargar el punto de chapaje conectando una cinta en aro a la chapa, si colocando directamente el mosquetón a la chapa éste queda trabajando abierto o en posición desfavorable.
EL ESTADO DE LOS ANCLAJES
Es otro factor que puede ser peligroso y no depende de nosotros. Ya hemos hablado de que deberíamos descartar escalar vías deportivas con anclajes obsoletos, caseros o inadecuados. Al margen de esto, el estado de los anclajes puede ser peligroso si están mal colocados, si han envejecido excesivamente, o están deteriorados por múltiples caídas. Actualmente podemos considerar que hay dos grandes familias en los anclajes, los que actúan por expansión mecánica, que genéricamente llamamos parabolts, y los que actúan por acción de una resina epoxi, que llamamos químicos. A priori estos últimos son más resistentes y fiables, pero no infalibles.
Una mala colocación se evidencia en un parabolt cuando presenta el espárrago demasiado salido, síntoma de que no ha expansionado bien o lo ha hecho superficialmente. Por el contrario, si encontramos una chapa suelta basta con apretarla con la mano, el parabolt será seguro si está bien expansionado.
En alguna ocasión, me he quedado con un parabolt en las manos, que ha salido sin esfuerzo por que no había expansionado correctamente. En septiembre de 2010, en el sector Amphiteatre de Gorges du Tarn, un escalador francés sufrió una caída directa al suelo y numerosas fracturas, cuando al colgarse del primer parabolt de una vía nueva éste se arrancó. El parabolt no había expansionado bien.
EL ESTADO DE LOS ANCLAJES
Es otro factor que puede ser peligroso y no depende de nosotros. Ya hemos hablado de que deberíamos descartar escalar vías deportivas con anclajes obsoletos, caseros o inadecuados. Al margen de esto, el estado de los anclajes puede ser peligroso si están mal colocados, si han envejecido excesivamente, o están deteriorados por múltiples caídas. Actualmente podemos considerar que hay dos grandes familias en los anclajes, los que actúan por expansión mecánica, que genéricamente llamamos parabolts, y los que actúan por acción de una resina epoxi, que llamamos químicos. A priori estos últimos son más resistentes y fiables, pero no infalibles.
Una mala colocación se evidencia en un parabolt cuando presenta el espárrago demasiado salido, síntoma de que no ha expansionado bien o lo ha hecho superficialmente. Por el contrario, si encontramos una chapa suelta basta con apretarla con la mano, el parabolt será seguro si está bien expansionado.
En alguna ocasión, me he quedado con un parabolt en las manos, que ha salido sin esfuerzo por que no había expansionado correctamente. En septiembre de 2010, en el sector Amphiteatre de Gorges du Tarn, un escalador francés sufrió una caída directa al suelo y numerosas fracturas, cuando al colgarse del primer parabolt de una vía nueva éste se arrancó. El parabolt no había expansionado bien.
Un parabolt con el espárrago excesivamente salido indica una expansión dudosa o demasiado cerca de s
El envejecimiento está directamente relacionado con la corrosión del anclaje. Cuando presenta síntomas externos, la corrosión interna puede ser importante y el anclaje puede fallar bajo carga. Los anclajes situados en el curso de pequeñas corrientes de agua, o en sitios especialmente húmedos como los techos acostumbran a envejecer más rápidamente. En los anclajes situados en entornos marinos, la corrosión es muy rápida, y se tendría que utilizar exclusivamente acero inoxidable.
El deterioro por múltiples caídas es evidente en algunos anclajes. La chapa es en este caso la que sufre más. Esto se hace evidente en el tramo clave de algunas vías duras. Lo positivo es que antes de romperse la chapa presentará una deformación muy importante, avisándonos.
La instalación de la reunión es otro punto especialmente crítico, que deberíamos mirarnos con atención. La mayoría de reuniones incorporan un mosquetón para descolgarse. Este mosquetón debería cerrar bien, y no presentar desgastes exagerados en la zona por donde pasa la cuerda. También deberíamos estar atentos al estado de los anclajes que conforman la reunión, aunque el hecho de que haya por lo menos dos supone un margen de seguridad enorme, pero no total.
El deterioro por múltiples caídas es evidente en algunos anclajes. La chapa es en este caso la que sufre más. Esto se hace evidente en el tramo clave de algunas vías duras. Lo positivo es que antes de romperse la chapa presentará una deformación muy importante, avisándonos.
La instalación de la reunión es otro punto especialmente crítico, que deberíamos mirarnos con atención. La mayoría de reuniones incorporan un mosquetón para descolgarse. Este mosquetón debería cerrar bien, y no presentar desgastes exagerados en la zona por donde pasa la cuerda. También deberíamos estar atentos al estado de los anclajes que conforman la reunión, aunque el hecho de que haya por lo menos dos supone un margen de seguridad enorme, pero no total.
Un mosquetón de reunión muy deteriorado. Los bordes cortantes son peligrosos, y se deben a la nefast
Las acciones preventivas que podemos tomar serian:
-Nuestra observación y prudencia, y no creer ciegamente en la solidez de todo lo que brilla en la pared.
-Renunciar ante un anclaje sospechoso, podemos optar por destrepar hasta el anclaje anterior y desde éste descolgarnos. También podemos optar por utilizar la caña y continuar, si destrepar nos supone un auténtico problema. En este caso, al llegar a la reunión, si ésta está en orden, siempre podemos consolarnos haciendo un top rope.
-Abandonar un mosquetón en la reunión si el existente no nos ofrece garantías. Esta es una práctica muy extendida que hace que las reuniones se vayan poblando de mosquetones. Retirar los que veamos realmente desgastados.
-Cambiar una chapa si presenta una deformación evidente. Es un buen hábito y cuesta muy poco llevar siempre en la mochila una chapa y una llave fija.
LAS CINTAS EXPRESS FIJAS
En muchas zonas de escalada deportiva a menudo podemos ver vías con las cintas express colocadas. La función de estas cintas debería ser facilitarnos el montaje y desmontaje de la vía, y no la protección de la misma. Estas cintas pasan a veces meses o años colgadas en el mismo sitio, expuestas a la intemperie.
El deterioro de las cintas provoca que bajen alarmantemente su resistencia. No hace muchos meses, a un escalador vasco le falló una cinta de este tipo en la cueva de Baltzola. El escalador tan sólo cargó su peso en la cinta, y ésta se partió. La caída, parada afortunadamente por el anclaje inferior, fue inesperada y violenta, y supuso que el escalador se rompiera el codo. En algunas zonas americanas utilizan cadenas en vez de cintas. Esto casi resuelve el problema, pero a un coste estético fatal.
El deterioro de los mosquetones de estas cintas permanentes también puede resultar peligroso. A menudo, la exposición a la intemperie hace que no cierren bien, disminuyendo su resistencia de forma drástica. Si además, están colocados en un anclaje que protege un paso difícil, las caídas repetitivas sobre éste lo pueden desgastar excesivamente. El desgaste supone que la zona donde se apoya la cuerda toma una forma con los bordes afilados, que comporta un peligro real de cizalla de la cuerda. Hace dos años en Red river gorge, una zona americana plagada de este tipo de cintas, un escalador cayó en la segunda chapa, sobre una cinta permanente. El mosquetón, con el borde desgastado, cortó completamente la cuerda y el escalador cayó al suelo, por suerte sin sufrir lesiones graves. El pasado mes de septiembre pasó lo mismo en una escuela suiza, con peor resultado. Un mosquetón de una cinta permanente muy desgastado, cortó la cuerda en una caída relativamente suave. El escalador cayó al suelo, muriendo en el accidente.
La acción preventiva que podemos tomar en este caso es muy clara: No os fiéis nunca de estas cintas. Colocad vuestras propias cintas a medida que subáis, y si utilizáis las cintas existentes para montar o desmontar la vía andaros con mucho cuidado.
EL FALLO DEL MATERIAL DE ESCALADA
Este factor, cuando no ha habido un uso inadecuado, es muy poco frecuente, pero no imposible. No estamos hablando de situaciones en que se ha hecho trabajar mal el material, sino de casos en que el material, aún siendo empleado correctamente, no ha funcionado como era de esperar porque de origen era defectuoso. Aunque el material de escalada homologado que encontramos en el mercado ha pasado rigurosas pruebas de seguridad y controles de calidad, hay inevitablemente un pequeño porcentaje de material que por las razones que sea sale defectuoso, no se detecta y finalmente llega a las tiendas. Por ejemplo, yo me he encontrado con una cuerda totalmente nueva, en la que la funda se ha desplazado del alma más de medio metro, tan sólo desenrollándola después de quitarle el precinto. También me he encontrado con algún mosquetón, recién comprado, en el que he detectado una pequeña fisura de origen.
La acción preventiva en este caso pasa única y exclusivamente por nuestra atención, especialmente cuando acabamos de comprar algo.
Una inspección visual es importante para detectar posibles defectos, aunque es obvio que esta atención puede ser insuficiente contra defectos ocultos o poco evidentes. De todos modos, la buena noticia, es que recordemos, estos casos son muy infrecuentes.
-Nuestra observación y prudencia, y no creer ciegamente en la solidez de todo lo que brilla en la pared.
-Renunciar ante un anclaje sospechoso, podemos optar por destrepar hasta el anclaje anterior y desde éste descolgarnos. También podemos optar por utilizar la caña y continuar, si destrepar nos supone un auténtico problema. En este caso, al llegar a la reunión, si ésta está en orden, siempre podemos consolarnos haciendo un top rope.
-Abandonar un mosquetón en la reunión si el existente no nos ofrece garantías. Esta es una práctica muy extendida que hace que las reuniones se vayan poblando de mosquetones. Retirar los que veamos realmente desgastados.
-Cambiar una chapa si presenta una deformación evidente. Es un buen hábito y cuesta muy poco llevar siempre en la mochila una chapa y una llave fija.
LAS CINTAS EXPRESS FIJAS
En muchas zonas de escalada deportiva a menudo podemos ver vías con las cintas express colocadas. La función de estas cintas debería ser facilitarnos el montaje y desmontaje de la vía, y no la protección de la misma. Estas cintas pasan a veces meses o años colgadas en el mismo sitio, expuestas a la intemperie.
El deterioro de las cintas provoca que bajen alarmantemente su resistencia. No hace muchos meses, a un escalador vasco le falló una cinta de este tipo en la cueva de Baltzola. El escalador tan sólo cargó su peso en la cinta, y ésta se partió. La caída, parada afortunadamente por el anclaje inferior, fue inesperada y violenta, y supuso que el escalador se rompiera el codo. En algunas zonas americanas utilizan cadenas en vez de cintas. Esto casi resuelve el problema, pero a un coste estético fatal.
El deterioro de los mosquetones de estas cintas permanentes también puede resultar peligroso. A menudo, la exposición a la intemperie hace que no cierren bien, disminuyendo su resistencia de forma drástica. Si además, están colocados en un anclaje que protege un paso difícil, las caídas repetitivas sobre éste lo pueden desgastar excesivamente. El desgaste supone que la zona donde se apoya la cuerda toma una forma con los bordes afilados, que comporta un peligro real de cizalla de la cuerda. Hace dos años en Red river gorge, una zona americana plagada de este tipo de cintas, un escalador cayó en la segunda chapa, sobre una cinta permanente. El mosquetón, con el borde desgastado, cortó completamente la cuerda y el escalador cayó al suelo, por suerte sin sufrir lesiones graves. El pasado mes de septiembre pasó lo mismo en una escuela suiza, con peor resultado. Un mosquetón de una cinta permanente muy desgastado, cortó la cuerda en una caída relativamente suave. El escalador cayó al suelo, muriendo en el accidente.
La acción preventiva que podemos tomar en este caso es muy clara: No os fiéis nunca de estas cintas. Colocad vuestras propias cintas a medida que subáis, y si utilizáis las cintas existentes para montar o desmontar la vía andaros con mucho cuidado.
EL FALLO DEL MATERIAL DE ESCALADA
Este factor, cuando no ha habido un uso inadecuado, es muy poco frecuente, pero no imposible. No estamos hablando de situaciones en que se ha hecho trabajar mal el material, sino de casos en que el material, aún siendo empleado correctamente, no ha funcionado como era de esperar porque de origen era defectuoso. Aunque el material de escalada homologado que encontramos en el mercado ha pasado rigurosas pruebas de seguridad y controles de calidad, hay inevitablemente un pequeño porcentaje de material que por las razones que sea sale defectuoso, no se detecta y finalmente llega a las tiendas. Por ejemplo, yo me he encontrado con una cuerda totalmente nueva, en la que la funda se ha desplazado del alma más de medio metro, tan sólo desenrollándola después de quitarle el precinto. También me he encontrado con algún mosquetón, recién comprado, en el que he detectado una pequeña fisura de origen.
La acción preventiva en este caso pasa única y exclusivamente por nuestra atención, especialmente cuando acabamos de comprar algo.
Una inspección visual es importante para detectar posibles defectos, aunque es obvio que esta atención puede ser insuficiente contra defectos ocultos o poco evidentes. De todos modos, la buena noticia, es que recordemos, estos casos son muy infrecuentes.
Fuente: Revista Barrabes
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