martes, noviembre 25, 2014

Seguridad en escalada deportiva; II de II

11/25/2014

La escalada deportiva nació a principios de los años ochenta con una filosofía muy clara: intentar alcanzar un nivel superior de dificultad sobre la roca, a base de reducir los peligros que de una forma natural, la escalada comporta. Pero este control del riesgo nunca es total. La escalada deportiva tiene un cierto nivel de peligro. Con este articulo pretendemos, por una parte, concienciar al colectivo de escaladores de esta realidad y por otra, conocer la tipología de peligros que comporta este tipo de escalada y como los podemos tratar de prevenir y evitar

2ª y última parte de la guía y manual de seguridad en escalada deportiva que Pep Soldevila escribió para Barrabes, y cuya primera parte podéis leer en este enlace.

PELIGROS SUBJETIVOS

Las situaciones peligrosas que dependen directamente del escalador son quizás las más frecuentes, me atrevería a decir que en el caso de la escalada deportiva suponen alrededor de un 80 ó 90% del total de las situaciones de peligro. Esta realidad es un arma de doble filo, ya que si bien por un lado podemos controlar estas situaciones totalmente, por otro lado tenemos que darnos cuenta de que si cometemos un error, el cual puede ser muy probable en una larga carrera deportiva, las consecuencias pueden ser muy graves.

Todo esto me lleva a pensar, y a sacar la conclusión de que en el control de las situaciones peligrosas subjetivas el factor crítico es nuestra conciencia, la capacidad de estar alerta en todo momento, de tener la antena puesta para observar lo que está pasando a nuestro alrededor y darnos cuenta de posibles situaciones peligrosas que pueden acabar en un accidente. Este estado de alerta permanente no significa estar tenso ni estar angustiado, por el contrario, un exceso de tensión creo que puede llevarnos a no detectar un posible problema, al igual que lo puede hacer un exceso de relajamiento. A partir de esta actitud de alerta, las herramientas de las que disponemos para actuar correctamente son nuestro conocimiento técnico y nuestro sentido común. Una buena política respecto a estas situaciones es establecer buenos hábitos, de forma que una falta de atención puntual no suponga un problema, ya que anteriormente y de una manera automática, habremos actuado en prevención. Veremos pues a continuación cuáles son las situaciones subjetivas potencialmente peligrosas, como las deberíamos gestionar para no sufrir accidentes, y qué buenos hábitos en cada caso podemos tomar para minimizar riesgos.

Elegir un compañero
Elegir el compañero no debería ser algo banal. La persona que nos asegura tiene claramente nuestra vida en sus manos, y esto debería hacernos actuar en consecuencia. Es habitual, en las zonas de escalada populares, un ambiente relajado en el que a menudo gente que no conocemos de nada se presta a asegurarnos o pide que los aseguremos. Algunos accidentes graves han sido causados directamente por el asegurador. Conocerlo no evitará el accidente, pero sí nos puede hacer decidir si queremos que nos asegure o no. Hace varios años, un escalador sufrió un accidente en Rodellar, porque el chico que la aseguraba decidió no mirarlo en toda la vía, ya que él quería intentarla a vista más tarde!. El escalador cayó a media vía y el asegurador, que no lo estaba mirando, no lo detuvo. La consecuencia fueron múltiples fracturas y una larga recuperación de más de un año en el que anduvo con muletas.

Escoger una vía
Escoger una vía demasiado por encima de nuestras posibilidades puede ser peligroso, ya que si vamos al límite constantemente podemos sufrir caídas en cualquier lugar, incluso en los tramos en que no lo deberíamos hacer, que muchas vías, por muy deportivas que sean, presentan. Además, nos encontraremos seguro en situación comprometida en los chapajes, lo que puede ser especialmente peligroso en los primeros seguros. Un conocido escalador catalán sufrió un accidente en la pared artificial de la Fuixarda, en Barcelona, al intentar una vía exageradamente difícil para él, debido a haber hecho una apuesta tonta sobre la cuestión.

La posición del asegurador
El asegurador no debe posicionarse ni demasiado lejos de la pared, ni demasiado cerca. Una buena distancia son unos dos metros, aunque en los primeros seguros debería ser menos, y al final podría ser más. Si el asegurador se coloca demasiado lejos de la pared, puede ser desequilibrado y arrastrado en caso de caída, especialmente en los primeros metros de vía. Si el asegurador se coloca demasiado cerca, no será capaz de seguir visualmente la escalada del primero, y quizás no reaccionará adecuadamente ante una caída. Ya veremos más adelante que significa esto y qué consecuencias puede tener en el párrafo "aseguramiento". Como ya hemos comentado, y como prevención frente caída de piedras, el asegurador debería tener el buen hábito de alejarse un poco de la vertical del escalador, y llevar casco.

Encordarse

-El nudo de ocho doble es el que deberíamos hacer siempre para encordarnos. Es un nudo fácil de hacer, y sobre todo, fácil de comprobar visualmente. Además, no es un nudo que se afloje solo con facilidad. Lo deberíamos peinar siempre, es decir aprender a hacerlo sin cruces de cuerda, esto hará repartir mejor la energía en caso de caída, y será más fácil de deshacer después.

Pep Soldevila
Nudo de ocho doble, bien peinado. Es fácil de comprobar visualmente, y no se deshace con facilidad
-El silencio durante la ejecución del nudo, es un buen hábito que podemos tomar. Sin duda no hablar y pedir que no nos hablen favorece la atención en el momento crucial de hacerse el nudo.
-La comprobación redundante del nudo con el compañero, es un muy buen hábito, no cuesta nada echar un vistazo al nudo que se ha hecho antes de que empiece a subir.
El nudo de "seguridad" que algunos escaladores se hacen con el sobrante de cuerda es completamente inútil ya que se deshace con mucha facilidad. En vez de eso, lo que tenemos que aprender a hacer es el nudo con la longitud correcta de cuerda, de manera que nos sobren unos diez o quince centímetros.
Ha habido muchos accidentes graves, algunos mortales, por haber hecho mal el nudo. En la gran mayoría de casos se trata de escaladores experimentados que han hecho el nudo infinidad de veces, es obvio por tanto que ha habido una falta de atención. Lynn Hill, por ejemplo, sufrió una caída desde la reunión hasta el suelo en una vía en Buoux con consecuencias graves. Pedro Pons, conocido escalador deportivo de dificultad, sufrió un accidente muy parecido a resultas del cual se fracturó gravemente la espalda. Kike Ortuño, destacado escalador de vía tradicional, murió por el mismo motivo, en una escuela deportiva.

Pep Soldevila
La comprobación redundante entre compañeros
Antes de escalar

-La colocación del aparato de seguro tiene que hacerse en el anillo ventral del arnés. No se debe colocar el aparato uniendo la cintura y perneras con un mosquetón de seguro. Muchos arneses destacan con un colorido vivo el anillo ventral, para evitar confusiones.

Pep Soldevila
Manera ERRÓNEA de colocar el mosquetón del aparato en el arnés

Pep Soldevila
Manera correcta de colocar el mosquetón en el arnés
-La orientación del aparato debe ser la correcta. Podemos dar un tirón seco en la dirección del escalador para comprobar que bloquea correctamente.
-La comprobación redundante de la colocación del aparato con el compañero nos aportará seguridad. Es un muy buen hábito practicarla. Esto significa, que el escalador también comprueba la correcta posición del aparato del asegurador. En una ocasión, he de confesar que paré una caída bastante larga a un amigo, notando sin embargo que había tenido que hacer más fuerza de lo normal con la mano derecha. Enseguida me di cuenta que había puesto el aparato automático al revés. Por suerte, el hábito de conservar siempre la mano derecha en la cuerda impidió un accidente.
-Hacer un nudo simple en la punta de la cuerda, y mejor aún si lo hacemos en la funda de la misma, es otro buen hábito que podemos tomar antes de escalar. Esto impedirá que al descolgar el compañero, la cuerda salga fuera del aparato de seguro si la vía es excesivamente larga para la longitud de la cuerda. Este tipo de accidente, fácilmente evitable con el hábito de hacer el nudo, se ha dado muchísimas veces, quizás es el accidente más común. Yo mismo lo he presenciado tres veces, con consecuencias por suerte, relativamente leves. Tomar este buen hábito implica sin embargo, tomar el hábito paralelo de deshacer el nudo de la punta cuando queremos retirar la cuerda, como ingenuamente he comprobado alguna vez.

Pep Soldevila
Hacer un nudo en la punta de la cuerda o anudar la funda, un buen hábito
Los primeros metros Os habéis has preguntado de qué sirve la cuerda antes de que el primero haya llegado al primer seguro? La respuesta es obvia: de nada. El primero de cuerda puede caer por muchos motivos antes de haber chapado el primer anclaje: una rotura de presa, un pie que resbala, un error técnico, falta de fuerza en un movimiento…
-La parada es un buen hábito que deberíamos practicar siempre durante los primeros metros y antes de que el primero haya chapado nada. Esto no es más que la técnica de protección que se utiliza en el boulder, y consiste en cubrir la espalda del compañero con los brazos semiflexionados, para amortiguar un poco la posible caída, y sobre todo evitar que caiga de espaldas en el suelo. Si utilizamos esta simple técnica debemos prever también que el primero no nos haga daño en caso de caída.

Pep Soldevila
La parada antes de alcanzar la primera chapa
-Utilizar una caña extensible o una rama con una cinta exprés en la punta por la que hemos pasado la cuerda, y chapar así el primer seguro es otra estrategia que podemos utilizar. Llevad siempre esparadrapo para poder fabricar el artilugio con una rama seca.

Pep Soldevila
Cazando un parabolt alejado
-Deschapar la cuerda de la segunda y tercera cintas cuando nos descolguemos, en caso de que alguien quiera volver a intentar la vía. De esta manera cuando estiremos la cuerda ésta quedará automáticamente pasada por la primera cinta.

La progresión en la vía

Aparte de las situaciones que se describirán a continuación, el buen hábito de cara a la seguridad pasa lógicamente por la atención constante del asegurador, y también por la comunicación entre asegurador y escalador.
Estas son algunas situaciones que pueden agravar mucho las consecuencias de una caída, y por lo tanto debemos evitar:
-Mala posición del aparato asegurador. Ocurre a menudo fortuitamente, así que si no utilizamos un mosquetón especial que resuelva el problema, deberemos estar atentos y corregirlo enseguida.

Pep Soldevila
Durante la escalada, el mosquetón puede girarse, trabajando muy desfavorablemente
-Chapajes desesperados. Hacer el rotpunkt a una vía difícil es genial, pero no vale la pena arriesgar una caída en un chapaje alejado con aterrizaje dudoso para conseguirlo. Es decir que si nos sentimos demasiado al límite, deberíamos agarrarnos a la cinta, particularmente si pensamos que la caída puede ser fea.
-La cuerda pasando por detrás de una pierna, supone una situación peligrosa. Si caemos en ese momento, la tensión de la cuerda nos hará bascular el tronco hacia atrás, y provocará una caída boca abajo y de espaldas, con el riesgo evidente que ello conlleva. La prevención pasa por poner mucha atención para evitar esta situación. Esto lo debe hacer tanto el propio escalador, como el compañero que asegura, que a menudo se da cuenta antes que el escalador. También es obvio que llevar casco puede salvar si este tipo de accidente se produce. Hace una veintena de años, un escalador mallorquín murió en una vía deportiva en Sa Gubia, por este motivo.

Pep Soldevila
La cuerda pasando por detrás de una pierna, una situación muy peligrosa en caso de caída
-Chapar incorrectamente la cuerda. Si chapamos la cuerda de modo que viniendo del arnés, entre en el mosquetón entre éste y la pared, la cuerda puede salir del mosquetón en caso de caída.
-La incorrecta orientación del cierre del mosquetón por el cual hemos pasado la cuerda, cuando después de hacerlo nos movemos lateralmente. Siempre deberíamos orientar el gatillo del mosquetón por el que hemos pasado la cuerda del lado contrario hacia el que nos movemos. La cuerda también puede salir del mosquetón en caso de caída si no tenemos en cuenta esto.
-La incorrecta orientación del mosquetón sobre la chapa del parabolt. El gatillo del mismo debería mirar siempre hacia fuera. En caso contrario el mosquetón puede salir con el simple movimiento de la cuerda, cuando ésta empuja la cinta hacia arriba. Hace muchos años, en una prueba de la copa del mundo, una cinta salió de su chapa, por las buenas. Como las copas del mundo, ya entonces, se grababan en vídeo, se pudo comprobar que lo que había pasado fue exactamente lo que antes hemos explicado. A raíz de este incidente se sustituyeron todos los mosquetones que conectan con chapas por maillones, en las pruebas de escalada. La goma de fijación, que tan aconsejable es en el mosquetón que chapa la cuerda, si también se coloca en el mosquetón que va a la chapa puede favorecer esta situación peligrosa, ya que hace más rígido el conjunto, así pues esta goma sólo la deberíamos colocar en el mosquetón inferior de las cintas.

Pep Soldevila
La cinta puede llegar a salir de la chapa con el movimiento de la cuerda; difícil, pero no imposible

-El paso de la cuerda por superficies cortantes o presas salientes puede suponer un riesgo al que hay que estar atento y a menudo se soluciona con un simple movimiento de cuerda con la mano.

La caída y el aseguramiento

Un buen aseguramiento es muy importante a la hora de evitar un alto porcentaje de los accidentes que ocurren en escalada deportiva. La clave de un buen aseguramiento es que sea lo suficientemente dinámico. La misma caída, asegurada de una manera estática, o dinámica, puede tener consecuencias radicalmente diferentes. Un aseguramiento estático significa que el asegurador detiene la caída en seco, provocando una fuerza de choque superior, y sobre todo que el escalador haga un péndulo con violencia contra la pared. Esta situación ha provocado muchísimos accidentes, concretados generalmente en lesiones del tren inferior. Hay incontables ejemplos. Un conocido escalador catalán se estampó contra la pared en una caída corta en el tocho del Macana, en Montserrat, sufriendo esguince de ligamentos en los dos tobillos, por un aseguramiento demasiado estático.

Por el contrario, un buen aseguramiento es dinámico. Esto significa que el asegurador, en caso de caída, acompaña el movimiento de ésta con el propio cuerpo, dejándose tirar por la cuerda, y llegando a saltar hacia arriba si conviene. La fuerza de choque generada en el arnés y el anclaje es menor, y sobre todo, es mucho menor la fuerza de péndulo contra la pared. La clave pues de un aseguramiento dinámico es la actitud del asegurador, que deberá sincronizar el momento en que el escalador llega al punto mas bajo de su caída con el inicio de acompañar el movimiento dejándose llevar y saltando hacia arriba. Éste es otro motivo para no dejarnos asegurar por cualquiera.

En los 2 o 3 primeros seguros, sin embargo, hemos de estar atentos a que un excesivo dinamismo no suponga que en caso de caída el escalador toque el suelo, así que hemos de moderarlo a medida de la situación, colocándonos cerca de la vertical del primer seguro.

Hay otros factores que intervienen en el dinamismo de la caída:
-La elasticidad de la cuerda. Ya lo hemos hablado también en el apartado de material. Las cuerdas con la fuerza de choque más baja son más elásticas, y ofrecen por tanto recepciones más suaves. Las cuerdas van perdiendo elasticidad con el tiempo, así que las cuerdas más nuevas siempre se comportan mejor.
-La longitud de la cuerda. Cuanto más arriba en una vía esté un escalador, más suavemente caerá. La razón es que habrá más longitud de cuerda implicada.
-El rozamiento de la cuerda. Utilizando cintas largas y evitando ángulos pronunciados en la cuerda, conseguiremos menos rozamiento, y que de verdad trabaje toda la longitud de la cuerda. Este efecto no obstante, se hace más patente cuanto más larga es la vía, y es poco importante en caídas relativamente cerca del suelo.

Pep Soldevila
Una vía montada con cintas cortas. La cuerda rozará más y las caídas serán más estáticas
-La diferencia de peso entre el escalador y el asegurador. Si el escalador es sensiblemente más pesado que el asegurador, esto por sí solo añade dinamismo a la caída, ya que el asegurador se verá arrastrado en caso de caída. Si el escalador es mas ligero que el asegurador, este último debe estar especialmente atento a provocar dinamismo a la caída. Por otra parte, un exceso de diferencia puede ser peligroso en las primeras cintas, pues por contrapeso un escalador más pesado que el asegurador puede tocar tierra en caso de caída, y el asegurador puede salir disparado hacia arriba y golpearse.

Aparte del dinamismo en la caída, al asegurar deberíamos tomar el buen habito de conservar siempre la mano inferior en la cuerda, es fácil de acostumbrarse a esto y puede evitar accidentes por desbloqueo involuntario de la leva del aparato durante una caída.

Abandonar
La maniobra de abandono es relativamente sencilla. Simplemente chaparemos un mosquetón o un maillón del seguro en el que estamos y pediremos al compañero que nos descuelgue, limpiando las cintas inferiores. El mosquetón abandonado hay que colocarlo entre la roca y la cinta de la que estamos colgando al hacer la maniobra. Como estamos bajando de un solo punto, en caso de que éste fallara el accidente está servido. Las alternativas para no correr este riesgo son varias: sacrificar un segundo mosquetón abandonándolo en el anclaje inferior, destrepar la vía con cuidado, o bien efectuar una vía vecina de menor dificultad y desde ésta limpiar el material.

Maniobras en la reunión
Una vez llegados a la reunión, tendremos que proceder de manera diferente si nuestro compañero quiere escalar en top rope, quiere escalar de primero, o no quiere hacer la vía y por lo tanto debemos desmontar.
-La seguridad redundante es el criterio que debe primar en los tres casos: es decir no confiarnos nunca a un solo punto. Esto vale tanto para el montaje de un top rope, como para la maniobra de colgarse a la reunión para pasar la cuerda por la anilla o mosquetón que ésta dispone. En cuanto al montaje de reunión, significa que siempre deberíamos colocar dos cintas express con los cierres orientados de manera opuesta, por donde pasa la cuerda. Las cintas deben estar colocadas directamente sobre las chapas de reunión. Para que el conjunto trabaje bien deberíamos alargar convenientemente alguna de ellas, de manera que los mosquetones por los que pasa la cuerda se sitúen a la misma altura y tocando el uno al otro. Si disponemos los mosquetones algo separados y a una altura parecida provocaremos rizos en la cuerda, que pueden llegar a ser muy molestos, incluso a imposibilitar del todo la escalada. Para prevenir esta situación podemos utilizar una cinta montada con dos mosquetones de seguridad en la posición más alta, por donde trabajará por tanto la cuerda, y añadir una cinta normal redundante, en posición más baja. De esta manera evitaremos la formación de rizos y mantendremos la seguridad a un nivel muy alto.

Pep Soldevila
Una buena manera de montar la reunión: doble cinta, mosquetones a la misma altura, tocándose
-Nunca instalar el top rope directamente en el mosquetón de reunión: esta mala práctica conlleva un desgaste exagerado y acelerado del mosquetón.

Pep Soldevila
Un mosquetón de reunión muy deteriorado por instalar el top rope directamente en el mosquetón
-Al desmontar la vía una vez llegados a la reunión, deberíamos proceder:
1-Anclarnos de dos puntos,
2- Recoger unos dos metros de cuerda y anudarla con una gaza simple al arnés, para no perderla.
3-Desencordarnos
4-Pasar la cuerda por la anilla o mosquetón de la reunión.
5-Pedir al compañero que nos dé tensión y se disponga a bajarnos.
-La comunicación entre escalador y asegurador es esencial en este momento para evitar accidentes. Establecer un código entre compañeros habituales puede ayudar a hacer esta situación más fluida y segura. Cabe decir que es un buen hábito, antes de subir, preguntar al compañero que querrá hacer él después de nosotros, para actuar en consecuencia en las maniobras de reunión.

El descuelgue

Debería ser suave y constante, teniendo en cuenta las irregularidades de la pared, especialmente los bordes de los techos, donde una velocidad excesiva o una detención repentina pueden suponer que el escalador que se descuelga se golpee y lesione. De nuevo es importante la buena comunicación.
La llegada al suelo es el momento más delicado de la maniobra:
-Comprobar que tenemos suficiente longitud de cuerda es muy importante como ya hemos comentado al hablar de la cuerda en el apartado de material. El nudo hecho en la punta de la misma, o mejor, anudado a la funda, evitará el accidente si la cuerda se queda corta. Es pues un muy buen hábito.
-La recepción final es el momento crítico, por tanto debería ser especialmente suave y controlada. Ramas de árboles o grandes rocas pueden ser un peligro evidente, que fácilmente evitaremos si nos descuelgan lentamente. Es especialmente importante la comunicación en este momento.
-El péndulo violento que se produce hacia atrás, cuando en vías desplomadas el escalador que se descuelga quita la ultima cinta a limpiar, es peligroso, ya que si hay árboles o rocas altas a pie de vía el escalador se verá proyectado con fuerza contra ellos. Para evitar esto podemos dejar la primera cinta y pasar nuestra cuerda por ésta. Esto nos condiciona a sacarla posteriormente escalando desde el suelo, con el compañero protegiéndonos la espalda con la técnica de la parada.

Escalada en top rope
-Los primeros metros son los críticos. En caso de caída, el escalador puede tocar suelo, si el asegurador no está muy atento y no da suficiente tensión a la cuerda. Debemos pensar que cuanto más larga sea la vía más se estirará la cuerda en caso de caída, por lo tanto más peligrosa será la situación. Por lo tanto, en los primeros metros, y especialmente si éstos son difíciles y la vía es larga, deberíamos asegurar con tensión, sacando un poco de peso al escalador, aunque puede que a éste no le guste.

Quitar la cuerda
-Deshacer el nudo de seguridad, es lo primero que tenemos que hacer.
-Avisar a todos que tengamos alrededor, y dejar tiempo para que la gente se aparte. Si hay alguien escalando en la vía del lado deberíamos esperar. Por último estirar la cuerda, apartándonos claramente de la vertical. Aparte del latigazo de la propia cuerda, también podemos recibir la caída de piedras que la misma cuerda desequilibre al caer. Hay que estar también atentos a la misma maniobra practicada por cordadas vecinas, que no siempre nos avisaran.

Escrito por

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